miércoles, 23 de noviembre de 2011

Resumen Primer tomo, sección cuarta, Capitulo 11.

CAPÍTULO XI

COOPERACIÓN

Como veíamos, la producción capitalista comienza, en realidad, allí donde un capital individual emplea simultáneamente un numero relativamente grande de obreros; es decir, allí donde el proceso de trabajo presenta un radio extenso de acción, lanzando al mercado productos en una escala cuantitativa relativamente grande.
La producción capitalista tiene, histórica y lógicamente, su punto de partida en la reunión de un número relativamente grande de obreros que trabajan al mismo tiempo, en el mismo sitio ( o, si se prefiere, en el mismo campo de trabajo ), en la fabricación de la misma clase de mercancías y bajo el mando del mismo capitalista.
Por lo que se refiere al régimen de producción, vemos que la manufactura, por ejemplo, apenas se distingue en sus orígenes de la industria gremial del artesanado más que por el número de obreros empleados al mismo tiempo y por el mismo capital, número que en la manufactura es mayor. No se ha hecho más que ampliar el taller del maestro artesano.
Por tanto, en un principio, la diferencia es meramente cuantitativa.
Veíamos que la masa de plusvalía  producida por un capital dado era igual a la plusvalía rendida por cada obrero multiplicada por el número de obreros simultáneamente empleados.
El número de obreros no altera para nada...la cuota de plusvalía o grado de explotación de la fuerza de trabajo. Y, desde el punto de vista de la producción de valor de mercancías en general, parece que los cambios cualitativos operados en el proceso de trabajo debieran ser indiferentes. Así se desprende de la naturaleza del valor.
Si representamos por 6 chelines una jornada de trabajo de 12 horas, 1.200 jornadas de trabajo de 12 horas se representarán por 6 chelines  x  1.200. En el segundo caso, se incorporan al producto 12 x 1.200 horas de trabajo; en el primer caso, sólo se incorporan 12. En la producción de valor los muchos sólo cuentan como la suma de factores adicionados. Para estos efectos, lo mismo da, pues, que 1.200 obreros produzcan aislada o conjuntamente, bajo el mando del mismo capital.
Sin embargo, dentro de ciertos límites, la cosa cambia.
El trabajo materializado en el valor es trabajo de calidad social media, aplicación de una fuerza media de trabajo. Pero para obtener una magnitud media, es necesario reunir muchas magnitudes individuales diversas de la misma especie.
Dentro de la misma rama industrial, cada obrero individual, Pedro o Pablo, difiere más o menos del tipo medio de obrero. Estas divergencias individuales, que matemáticamente se llaman “errores”, se compensan y desaparecen  en cuanto se reúne un número relativamente grande de obreros. Y el famoso sofista y sicofante Edmund Burke llega a asegurarnos, como fruto de su experiencia práctica de colono, que basta (pag.259)  “un grupo tan insignificante” como 5 braceros para que se comprendan todas las diferencias individuales en el trabajo...No entraremos a discutir esto, pero lo cierto es que la jornada  total  de  trabajo de un número relativamente grande de obreros que trabajen simultáneamente, dividida por el numero de obreros empleados, representa de por sí una jornada de trabajo social medio. (pag.260)  
Por tanto, el empresario individual, si quiere acogerse íntegramente a la ley de la valorización, tiene que producir como capitalista, poniendo en acción desde el primer momento, trabajo social medio.
El empleo simultáneo de un número relativamente grande de obreros revoluciona también las condiciones objetivas del proceso de trabajo, aunque el régimen de trabajo no varíe.
Esto permite utilizar colectivamente en el proceso de trabajo los edificios en que se congregan muchos obreros, los almacenes para las materias primas, los recipientes, los instrumentos, aparatos, etc., que prestan servicio simultáneamente o por turno; en suma, toda una parte de los medios de producción.
De un lado, el valor de cambio de las mercancías, incluyendo por tanto los medios de producción, no aumenta  ni mucho menos porque se explote más intensivamente su valor de uso, y de otra parte, crece la escala de los medios de producción usados colectivamente.
El taller en que trabajan 20 tejedores con sus 20 telares tiene necesariamente que ser más espacioso que el cuarto en que trabaja un tejedor por su cuenta con dos oficiales. Sin embargo, el producir un taller para 20 personas cuesta menos trabajo que el producir 10 talleres para dos personas cada uno, por tanto, el valor de los medios de producción colectivos y concentrados en masa no aumenta en proporción a su volumen ni a su utilidad.
Los medios de producción empleados colectivamente transfieren al producto individual una parte más pequeña de valor, por dos razones: porque el valor total que transfieren se reparte entre una masa mayor de productos y porque estos elementos entran en el proceso de producción con un valor que, si bien en términos absolutos es mayor, en términos relativos y ateniéndonos a su radio de acción es más reducido.
De este modo, disminuye una parte integrante del valor del capital constante, disminuyendo también...en proporción a su magnitud, el valor total de la mercancía. El resultado es el mismo que si los medios de producción de la mercancía se produjesen más baratos.
Esta economía en el empleo de los medios de producción proviene exclusivamente de su aplicación colectiva en el proceso de trabajo de muchos.
Y para que revistan este carácter, como condiciones del trabajo social o condiciones sociales del trabajo, a diferencia de los medios de producción desperdigados y relativamente costosos de toda una serie de obreros o maestros artesanales independientes, basta con que coincidan geográficamente en los mismos locales muchos obreros, sin necesidad de que trabajen al unísono.
Una parte de los instrumentos de trabajo asume carácter social antes de que lo asuma el mismo proceso de trabajo. (pag.261)   
La economía de los medios de producción puede enfocarse... desde dos puntos de vista. Uno es el del abaratamiento de las mercancías, reduciendo con ello el valor de la fuerza de trabajo. Otro, aquel en que modifica la proporción entre la plusvalía y el capital total desembolsando, o sea, la suma del valor de los elementos constantes y variables de éste. Este último punto sólo podrá ser estudiado en la Sección primera del Libro tercero de esta obra, donde, por razones sistemáticas, trataremos de ciertos aspectos  que tendrían su lugar aquí. La marcha del  análisis  nos obliga a desarticular el tema, aparte de que este descoyuntamiento refleja el espíritu de la producción capitalista.
La forma del trabajo de muchos obreros coordinados y reunidos con arreglo a un plan en el mismo proceso de producción o en procesos de producción distintos, pero enlazados, se llama cooperación.
...la suma mecánica de fuerzas de los diversos obreros es algo sustancialmente distinto de la potencia social de fuerzas que desarrollan muchos brazos coordinados simultáneamente en la misma operación indivisa: levantar un peso, hacer girar una manivela, retirar un obstáculo del camino, etc. En estos casos, el fruto del trabajo combinado no podría alcanzarse por el trabajo individual o sólo podría alcanzarse en un plazo de tiempo mucho más largo o en una escala diminuta.
La cooperación no tiende solamente a potenciar la fuerza productiva individual, sino crear una fuerza productiva nueva, con la necesaria característica de fuerza de masa.
Aparte de la nueva potencia de fuerzas que brota de la fusión de muchas energías en una, el simple contacto social engendra en la mayoría de los trabajos productivos una emulación y una excitación especial de los espíritus vitales, que exaltan la capacidad individual de rendimiento de cada obrero, razón por la cual doce personas reunidas rinden en una jornada simultánea de trabajo de 144 horas un producto total muy su- (pag.262) perior al que esos mismos obreros rendirían trabajando aisladamente durante 12 horas o al que tendría un obrero que trabajase 12 días seguidos.
La razón de esto reside en que el hombre es, por naturaleza, si no un animal político, como entiende Aristóteles, por lo menos un animal social.
Aunque los muchos obreros congregados ejecutan simultáneamente el mismo trabajo o un trabajo de la misma clase, puede ocurrir que los trabajos individuales de los distintos obreros, considerados como partes del trabajo colectivo, representen diversas fases del proceso de trabajo, fases que el objeto elaborado recorrerá rápidamente gracias a la cooperación. Así...cuando los peones albañiles forman una cadena de manos para subir los ladrillos desde el suelo hasta lo alto del andamio, cada peón realiza el mismo trabajo y, sin embargo, estos trabajos forman otras tantas partes continuas de una operación total, otras tantas fases que cada ladrillo tiene que recorrer en el proceso de trabajo y por medio de las cuales las 24 manos del obrero colectivo, suponiendo que sean 24, lo expiden a lo alto del andamio mucho más rápidamente de lo que lo harían  las dos manos de un solo obrero, que tuviese que subir y bajar al andamio cada vez. El objeto sobre que recae el trabajo recorre el mismo trecho en un espacio de tiempo  menor.(pag.263)
En los casos en que se trata de procesos de trabajo complejos, la simple existencia de una masa de obreros coordinados permite distribuir entre diversos brazos y, por tanto, ejecutar simultáneamente las diversas operaciones, acortándose con ello el tiempo de trabajo necesario para la fabricación del producto total. (pag.264)
De una parte, la cooperación permite extender el radio de acción del trabajo, siendo...indispensable en toda una serie de procesos de trabajo por la concatenación geográfica del objeto sobre que el trabajo recae: desecación de tierras, canalización, irri-gación, construcción de diques, calles, líneas ferroviarias, etc. De otra parte, este régimen permite reducir  en  el  espacio la zona de producción, en proporción a la escala de ésta.

La jornada de trabajo combinada produce cantidades mayores de valores de uso que produciría la suma de otras tantas jornadas de trabajo individuales, disminuyendo...el tiempo de trabajo necesario para conseguir una determinada finalidad útil. Unas veces, esta intensificación de la fuerza productiva proviene del hecho de que la jornada combinada aumenta la potencia mecánica del trabajo; otras veces, extiende su radio de acción, o reduce el campo geográfico de producción en proporción a la escala de ésta; otras, se trata de poner en acción mucho trabajo en poco tiempo, para aprovechar los momentos críticos.
Además, este régimen de trabajo fomenta la emulación entre los obreros y pone en tensión sus energías; da a los trabajos análogos de muchos un sello de continuidad y polifacetismo; permite ejecutar simultáneamente distintas operaciones; economiza medios de producción, permitiendo emplearlos colectivamente; imprime al trabajo individual el carácter de trabajo social medio: en resumen, la fuerza productiva específica de la jornada de trabajo combinada es la fuerza productiva social del trabajo o la fuerza productiva del trabajo social.
Esta fuerza productiva brota de la misma cooperación. Al coordinarse de un modo sistemático con otros, el obrero se sobrepone a sus limitaciones individuales y desarrolla su capacidad de creación.
Ahora bien; si ningún obrero puede cooperar directamente con otro (pag.265) sin trabajar junto a él, siendo por tanto la aglomeración de obreros dentro de un cierto espacio condición indispensable de la cooperación, los obreros asalariados no pueden cooperar a menos que los emplee simultáneamente el mismo capital, el mismo capitalista, para lo cual éste ha de comprar, simultáneamente también, sus fuerzas de trabajo.
Por tanto, el número de obreros que cooperen...depende ante todo del volumen de capital que el capitalista pueda invertir en comprar fuerzas de trabajo; es decir, de la medida en que cada capitalista disponga de los medios de subsistencia de muchos obreros.
Y lo mismo que con el capital variable, acontece con el capital constante.
La cooperación de obreros asalariados tiene...como condición material la concentración de grandes masas de medios de producción en manos de cada capitalista, y el alcance de la cooperación o la escala de producción depende del grado de concentración de estos elementos.
Con la cooperación de muchos obreros asalariados, el mando del capital se convierte en requisito indispensable del propio proceso de trabajo, en una verdadera condición material de la producción. Hoy, las órdenes del capitalista en la fábrica son algo tan indispensable como las órdenes del general en el campo de batalla.
Todo trabajo directamente social o colectivo en gran escala, requiere en mayor o menor medida una dirección que establezca un enlace armó-(pag.266)nico entre las diversas actividades individuales y ejecute las funciones generales que brotan de los movimientos del organismo productivo total, a diferencia de los que realizan los órganos individuales. Un violinista solo se dirige él mismo, pero una orquesta necesita  un director.
Esta función de dirección, de vigilancia y enlace, se convierte en función del capital tan pronto como el trabajo sometido a él reviste carácter cooperativo. Como función específica del capital, la función directiva asume también una importancia específica.
El motivo propulsor y la finalidad determinante del proceso de producción capitalista son, ante todo, obtener la mayor valorización posible del capital, es decir, hacer que rinda la mayor plusvalía posible y que, por tanto, el capitalista pueda explotar  con la mayor intensidad la fuerza de trabajo. Al crecer la masa de obreros empleados simultáneamente, crece su fuerza de resistencia, aumentando también...la presión del capital para vencerla.
El papel directivo del capitalista no es solamente una función especial que se desprende de la naturaleza del proceso social del trabajo...es también una función de explotación en el proceso social del trabajo, función determinante por el inevitable antagonismo entre el explotador y la materia prima de su explotación. Al crecer el volumen de los medios de producción que se enfrentan con el obrero asalariado como propiedad ajena, crece también la necesidad de fiscalizar su empleo, evitando que se malgasten o derrochen.
Desde un punto de vista ideal, la coordinación de sus trabajos se les presenta a los obreros como plan; prácticamente, como la autoridad del capitalista, como el poder de una voluntad ajena que somete su actividad a los fines perseguidos por ella.
Pero si, por su contenido, la dirección capitalista tiene dos filos, como los tiene el propio proceso de producción por él dirigido, los cuales son, de una parte, un proceso social de trabajo para la creación de un producto (pag.267) y de otra parte un proceso de valorización del capital, por su forma la dirección capitalista es una dirección despótica.
Al desarrollarse la cooperación en gran escala, este despotismo va presentando sus formas peculiares y características; primero, tan pronto como su capital alcanza un límite mínimo, a partir del cual comienza la verdadera producción capitalista, el patrono se exime de su trabajo manual; luego, confía la función de vigilar directa y constantemente a los obreros aislados y a los grupos de obreros a una categoría especial de obreros asalariados. Lo mismo que los ejércitos militares, el ejército obrero puesto bajo el mando del mismo capital, reclama toda una serie de jefes ( directores, gerentes, managers ) y oficiales ( inspectores, foremen, overlookers, capataces, contramaestres), que durante el proceso de trabajo llevan el mando en nombre del capital.
La labor de alta dirección y vigilancia va reduciéndose a su función específica y exclusiva.
El capitalista no es tal capitalista por ser director industrial, sino al revés: es director industrial por ser capitalista.
El alto mando sobre la industria se convierte en atributo del capital, como en la época feudal eran atributo de la propiedad territorial el alto mando en la guerra y el poder judicial. (pag.268)
Por consiguiente, la fuerza productiva desarrollada por el obrero como obrero social, es fuerza productiva del capital. Esta fuerza productiva social del trabajo se desarrolla gratuitamente tan pronto como los obreros se ven sujetos a determinadas condiciones, a que el capital los somete.
Y como la fuerza productiva social del trabajo no le cuesta nada al capital, ya que además, el obrero no la desarrolla antes de que su trabajo pertenezca al capitalista, parece a primera vista como si esa fuerza fuese una fuerza productiva inherente por  na-turaleza al capital, la fuerza productiva innata a éste.

La eficacia de la cooperación simple se acusa con rasgos colosales en las obras gigantescas de los antiguos asiáticos, egipcios, etruscos, etc. Para mover aquellas estatuas colosales y aquellas masas enormes, cuyo transporte causa asombro, se derrochaba trabajo humano, sin emplear apenas otro medio.
En la sociedad moderna, este poder de los reyes asiáticos y egipcios o de los teócratas etruscos pasa al capitalista, ya actúe como capitalista aislado o como capitalista colectivo, en forma de sociedad anónima.
La cooperación en el proceso de trabajo, que es la forma imperante en los comienzos de la civilización, en los pueblos cazadores, o en (pag.269)la agricultura de las comunidades indias se basa, de una parte, en la propiedad colectiva sobre las condiciones de producción y de otra parte en el hecho que el individuo no ha roto todavía el cordón umbilical que le une a  la comunidad o a la tribu, de la que forma parte como la abeja de la colmena. Ambas cosas distinguen este régimen del de la cooperación capitalista.
La forma capitalista presupone, por el contrario, desde el primer momento, la existencia de obreros libres y asalariados que venden su fuerza de trabajo al capital. Sin embargo, históricamente, esta forma se desarrolla por oposición a la economía agraria y al artesanado independiente, tenga o no éste forma gremial.
Y así como la fuerza productiva social del trabajo se presenta como fuerza productiva del capital, la cooperación aparece también como una forma específica del proceso capitalista de producción, que la distingue del proceso de producción de los obreros aislados o de los maestros artesanales independientes.
Es el primer cambio que experimenta el proceso efectivo de trabajo al ser absorbido por el capital. Este cambio se efectúa  de un modo elemental y espontáneo.
Su premisa, el empleo simultáneo de un número relativamente grande de obreros asalariados en el mismo proceso de trabajo, constituye el punto de arranque de la producción capitalista.
Históricamente, este momento coincide con el nacimiento del capital. Por tanto, si el régimen capitalista de producción se nos presenta, por una parte, como una necesidad histórica para la transformación del proceso de trabajo en un proceso social, de otra parte esta forma social del proceso de trabajo aparece como un método empleado por el capital para explotarlo con más provecho, intensificando su fuerza productiva.
En su forma simple, que es la que hasta aquí hemos venido estudiando, la cooperación coincide con la producción en gran escala, pero no constituye ninguna forma fija característica de una época especial en la historia del régimen capitalista de producción. (pag.270)
La cooperación simple sigue siendo la forma predominante en aquellas ramas de producción en las que el capital opera en gran escala, sin que intervenga de un modo considerable la división del trabajo ni la maquinaria.
La cooperación es la forma fundamental del régimen de producción capitalista, aunque en él su forma simple se presenta como forma especial, al lado de otras formas más complejas. (pag.271)

3 comentarios:

  1. Esta pagina hace muy buenas explicaciones sobre los contenidos del Capital. Son detallados y precisos.

    ResponderEliminar
  2. Excelente ayuda para digerir cada capitulo.

    ResponderEliminar
  3. Dice lo mismo que el libro, y el resumen? :v

    ResponderEliminar