martes, 16 de agosto de 2011

Resumen Primer tomo, sección primera, Capitulo 1 ( II parte)


3. La forma del valor o valor de cambio.

Las mercancías vienen al mundo bajo la forma de valores de uso u objetos materiales: hierro, tela, trigo, etc. Es su forma prosaica o natural.
Sin embargo, si son mercancías es por encerrar una doble significación: la de ser objetos útiles y, a la par, la de materializaciones de valor. Por tanto, sólo se presentan como mercancías, sólo revisten el carácter de mercancías, cuando poseen esta doble forma: su forma natural y la forma del valor. (pag.14)
Todo el mundo sabe, aunque no sepa más que eso, que las mercancías poseen una forma común de valor que contrasta de una manera muy ostensible con la abigarrada diversidad de formas naturales que presentan sus valores de uso: esta forma es el dinero.
Ahora bien, es menester que consigamos nosotros lo que la economía burguesa no ha intentado siquiera: poner en claro la génesis de la forma dinero, para lo cual tendremos que investigar, remontándonos desde esta forma fascinadora hasta sus manifestaciones más sencillas y más humildes, el desarrollo de la expresión del valor que se encierra en la relación de valor de las mercancías. Con ello veremos, al mismo tiempo, cómo el enigma del dinero se esfuma.
La relación más simple de valor es, evidentemente, la relación de valor de una mercancía con otra concreta y distinta, cualquiera que ella sea. La relación de valor entre dos mercancías  constituye, por tanto, la expresión más simple de valor de una mercancía.

A.  FORMA SIMPLE, CONCRETA Ó FORTUITA DEL VALOR


x mercancía A = y mercancía B, o bien: x mercancía A vale y mercancía B.
( 20 varas de lienzo = 1 levita, o bien: 20 varas de lienzo valen 1 levita)

1. Los dos polos de la expresión del valor: forma relativa del valor y forma equivalencial

En esta forma simple del valor reside el secreto de todas las formas del valor.
Dos mercancías distintas, A y B, en nuestro ejemplo el lienzo y la levita, desempeñan aquí dos papeles manifiestamente distintos. El lienzo expresa su valor en la levita; la levita sirve de material para esta expresión de valor. La primera mercancía desempeña un papel activo, la segunda un papel pasivo.
El valor de la primera mercancía aparece bajo la forma del valor relativo, o lo que es lo mismo, reviste la forma relativa del valor. La segunda mercancía funciona como equivalente, o lo que es lo mismo, reviste forma equivalencial.
Forma relativa del valor y forma equivalencial son dos aspectos de la misma relación, aspectos inseparables y que se condicionan mutuamente, pero también y a la par dos extremos opuestos y antagónicos, (pag.15) los dos polos de la misma expresión del valor; estos dos términos se desdoblan constantemente entre las diversas mercancías relacionadas entre sí por la expresión del valor.
Por tanto, el valor de lienzo sólo puede expresarse en términos relativos, es decir recurriendo a otra mercancía; o, lo que es lo mismo, la forma relativa del valor del lienzo supone como premisa el que otra mercancía cualquiera desempeñe respecto al lienzo la función de forma equivalencial. Y a su vez, esta otra mercancía que funciona como equivalente no puede desempeñar al mismo tiempo el papel de forma relativa de valor. No es su propio valor lo que ella expresa. Se limita a suministrar el material para la expresión de valor de otra mercancía.

2. La forma relativa del valor

a) Contenido de la forma relativa del valor (pag.16)
Al decir que las mercancías, consideradas como valores, no son más que cristalizaciones de trabajo humano, nuestro análisis las reduce a la abstracción del valor, pero sin darles una forma de valor distinta a las formas naturales que revisten.
La cosa cambia cuando se trata de la expresión de valor de una mercancía. Aquí, es su propia relación con otra mercancía lo que acusa su carácter de valor.  (pag.17)
Es la expresión de equivalencia de diversas mercancías la que pone de manifiesto el carácter específico del trabajo como fuente de valor, al reducir a su nota común, la de trabajo humano puro y simple, los diversos trabajos contenidos en las diversas mercancías.
La fuerza humana de trabajo en su estado fluido, o sea el trabajo humano, crea valor, pero no es de por sí valor.
Se convierte en valor al plasmarse, al cobrar  forma corpórea. Para expresar el valor del lienzo como cristalización de trabajo humano, tenemos necesariamente que expresarlo como un "algo objetivo" distinto corporalmente del propio lienzo y a la par común a éste y a otra mercancía. (pag.18)
El valor de la mercancía lienzo se expresa, por consiguiente, en la materialidad corpórea de la mercancía levita; o lo que es lo mismo, el valor  de una mercancía se expresa en el valor de uso de otra.
Por tanto, la relación o razón de valor hace que la forma natural de la mercancía B se convierte en la forma de valor de la mercancía A o que la materialidad corpórea de la primera sirva de espejo de valor de la segunda.
El valor de la mercancía A expresado así (pag.19)  es decir, expresado en el valor de uso de la mercancía B, reviste la forma del valor relativo.

b) Determinabilidad cuantitativa de la forma relativa del valor
Cuando tratamos de  expresar el valor de una mercancía, nos referimos siempre a determinada cantidad de un objeto de uso...Por tanto, la forma del valor no puede limitarse a expresar valor pura y simplemente, sino que ha de expresar un valor cuantitativo determinado, una cantidad de valor.
La relación “ 20 varas de lienzo = 1 levita ...” arranca del supuesto de que en 1 levita se contiene la misma sustancia de valor que en 20 varas de lienzo, es decir, del supuesto de que ambas cantidades de mercancías cuestan la misma suma de trabajo o el mismo tiempo de trabajo.
El valor relativo de la mercancía A, o sea, su valor expresado en la mercancía B, aumenta o disminuye, por tanto, en razón directa al aumento o disminución experimentados por la mercancía A, siempre y cuando que el valor de la segunda permanezca constante.(pag.20)
Por tanto, permaneciendo inalterable el valor de la mercancía A, su valor relativo, expresado en la mercancía B, aumenta o disminuye en razón inversa a los cambios de valor experimentados por ésta.
El valor relativo de una mercancía puede cambiar aún permaneciendo constante el valor de esta mercancía. Y viceversa, puede ocurrir que su valor relativo permanezca constante aunque cambie su valor. (pag.21)

3. La forma equivalencial

La forma equivalencial de una mercancía es, por si consiguiente, la posibilidad de cambiarse directamente por  otra mercancía.(pag.22)
Dos levitas  pueden expresar, por tanto, la magnitud de valor de 40 varas de lienzo, pero no pueden expresar jamás su propia magnitud de valor.
La primera característica con que tropezamos al estudiar la forma equivalencial es ésta: en ella, el valor de uso se convierte en forma o expresión de su antítesis, o sea, 11.-
del valor. (pag.23)
...la segunda característica de la forma equivalencial es que el trabajo concreto se convierte aquí en forma o manifestación de su antítesis, o sea, del trabajo humano abstracto.
Pero, considerado como simple expresión del trabajo humano en general, este trabajo concreto, el trabajo del sastre, reviste formas de igualdad con otro trabajo, con el trabajo encerrado en el lienzo, y es por tanto, aunque trabajo privado, como cuantos producen   mercancías, trabajo en forma directamente social.
Por tanto, la tercera característica de la forma equivalencial es que en ella el trabajo privado reviste la forma de su antítesis, o sea, del trabajo en forma directamente social.
Estas dos últimas  características de la forma equivalencial se nos presentarán todavía con mayor claridad si nos remontamos al gran pensador que  primero analizó la  forma del valor,  como tantas otras formas del pensamiento, de la sociedad y de la naturaleza.
Nos referimos a Aristóteles.
Ante todo, Aristóteles dice claramente que la forma-dinero de la mercancía no hace más que desarrollar la forma simple del valor, o lo que es lo mismo, la expresión del valor de una mercancía con otra cualquiera.
He aquí sus palabras:
"5 lechos = 1 casa"
“no se distingue" de
"5 lechos = tanto o cuanto dinero" (pag.25)
Aristóteles advierte, además, que la relación de valor en que esta expresión de valor se contiene es, a su vez, una relación condicionada, pues la casa se equipara cualitativamente a los lechos, y  si no mediase alguna igualdad sustancial, estos objetos corporalmente distintos no podrían relacionarse entre sí como magnitudes conmensurables.
"El cambio -dice Aristóteles- no podría existir sin igualdad, ni ésta sin la comensurabilidad".  Mas al llegar aquí, se detiene y renuncia a seguir analizando la forma del valor.
"Pero en rigor -añade- es imposible que objetos tan distintos sean conmensurables”, es decir, cualitativamente iguales. Esta equiparación tiene que ser necesariamente algo ajeno a la verdadera naturaleza de las cosas, y por tanto un simple "recurso para salir del paso ante las necesidades de la práctica.”
El propio Aristóteles nos dice, pues, en que tropieza al llevar adelante su análisis: tropieza en la carencia de un concepto del valor.
Aristóteles no podía descifrar por si mismo, analizando la forma del valor, el hecho de que en la forma de los valores de las mercancías todos los trabajos se expresan como  trabajo humano igual, y por tanto como equivalentes, porque la sociedad griega estaba basada en el trabajo de los esclavos y tenia, por tanto, como base natural la desigualdad entre los hombres y sus fuerzas de trabajo.
El secreto de la expresión de valor, la igualdad y equiparación de valor de todos los trabajos, en cuanto son y por el hecho de ser todos ellos trabajo humano en general, 12.-
sólo podía ser descubierto a partir del momento en que la idea de la igualdad humana poseyese ya la firmeza de un prejuicio popular. Y para esto era necesario llegar a una sociedad como la actual, en que la forma-mercancía es la forma general que revisten los productos del trabajo, en que, por tanto, la relación social preponderante es la relación de unos hombres con otros como poseedores de mercancías.
Lo que acredita precisamente el genio de Aristóteles es de haber descubierto en la expresión de valor de las mercancías una relación de igualdad.
Fue la limitación histórica de la sociedad de su tiempo la que le impidió desentrañar en que consistía,"en rigor", esta relación de igualdad.  

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