domingo, 14 de agosto de 2011

Resumen del prologo y postfacio.

 EL  CAPITAL ” de CARLOS MARX

RESUMEN DEL PRIMER TOMO

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN  

La obra cuyo primer volumen entrego al público constituye la continuación de mi libro Contribución a la crítica de la economía política, publicado en 1859.
Aquello de que los primeros pasos son siempre difíciles, vale para todas las ciencias. Por eso el capítulo primero, sobre todo en la parte que trata del análisis de la mercancía, será para el lector el de más difícil comprensión.
He procurado exponer con la mayor claridad  posible lo que se refiere al análisis de la sustancia y magnitud del valor.
La forma del valor, que cobra cuerpo definitivo en la forma dinero, no  puede ser más sencilla y llana. Y sin embargo, el espíritu del hombre se ha pasado más de dos mil años forcejeando en vano por explicársela.
¿Por qué?
Porque es más fácil estudiar el organismo desarrollado que la simple célula.
En el análisis de las formas económicas de nada sirven el microscopio ni los reactivos químicos.
El único medio de que disponemos, en este terreno, es la capacidad de abstracción.
La forma de mercancía que adopta el producto del trabajo o la forma de valor que reviste la mercancía es la célula económica de la sociedad burguesa.
Al profano le parece que su análisis se pierde en un laberinto de sutile-(pag.XIII) zas.
Y son en efecto sutilezas; las mismas que nos depara, por ejemplo, la anatomía micrológica.
Prescindiendo del capítulo sobre la forma del valor, no se podrá decir, por tanto, que este libro resulte difícil de entender.
Me refiero, naturalmente, a lectores deseosos de aprender algo nuevo y, por consiguiente, de pensar por su cuenta.
En la presente obra nos proponemos investigar el régimen capitalista de producción y las relaciones de producción y circulación que a él corresponden.
Lo que de por sí nos interesa, aquí, no es precisamente el grado más o menos  alto de desarrollo de las contradicciones sociales que brotan de las leyes naturales de la producción capitalista. Nos interesan más bien estas leyes de por sí, estas tendencias, que actúan y se imponen con férrea necesidad. (pag.XIV)

Aunque una sociedad haya encontrado el rastro de la ley natural con arreglo a la cual se mueve - y la finalidad última de esta obra es, en efecto, descubrir la ley económica que preside el movimiento de la sociedad moderna -, jamás podrá saltarse ni descartar por decreto las fases naturales de su desarrollo.
Podrá únicamente acortar y mitigar los dolores del parto.
Un par de palabras para evitar posibles equívocos.
En esta obra, las figuras del capitalista y del terrateniente no aparecen pintadas, ni mucho menos, de color de rosa. Pero adviértase que aquí sólo nos referimos a las personas en cuanto personificación de categorías económicas, como representantes de determinados intereses y relaciones de clase. Quien como yo concibe el desarrollo de la formación económica de la sociedad como un proceso histórico-natural, no puede hacer al individuo responsable de la existencia de  relaciones de que él es socialmente criatura, aunque subjetivamente se considere muy por encima de ellas.
En la economía política, la libre investigación científica tiene que luchar con enemigos que otras ciencias no conocen. El carácter especial de la materia investigada levanta contra ella las pasiones más violentas, más mezquinas y más repugnantes que anidan en el pecho humano: las furias del interés privado. (pag.XV)
El tomo segundo de esta obra tratará del proceso de circulación del capital (libro II) y de las modalidades del proceso visto en conjunto (libro III); en el volumen tercero  y último (libro IV) se expondrá la historia de la teoría.*
Acogeré con los brazos abiertos todos los juicios de la crítica científica. En cuanto a los prejuicios de la llamada opinión pública, a la que jamás he hecho concesiones, seguiré ateniéndome al lema del gran florentino:
Segui il tuo corso, e lascia dir le genti !
CARLOS MARX

Londres, 25 de julio de 1867.

* El libro IV que Marx no llegó a publicar, fue editado bajo el título “Historia Crítica de la Teoría de la Plusvalía”, Fondo de Cultura Económica, México 1945. (pag.XVI)

POSTFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN

En la primavera de 1872 se publicó en San Petersburgo una excelente traducción rusa del Capital. La tirada,  de 3.000 ejemplares, se halla casi agotada.
El Westnik Ievropi (“Mensajero Europeo”), en un artículo dedicado exclusivamente al método del Capital...después de transcribir unas líneas de mi prólogo a la Crítica de la (pag.XXI) economía política...en las que expongo la base materialista de mi método, el autor prosigue:
 “ Lo único que a Marx le importa es descubrir la ley de los fenómenos en cuya investigación se ocupa. Pero no sólo le interesa la ley que los gobierna cuando ya han cobrado forma definitiva y guardan entre sí una determinada relación de interdependencia, tal y como puede observarse en una época dada.
Le interesa además, y sobre todo, la ley que rige sus cambios, su evolución, es decir, el tránsito de una forma a otra, de uno a otro orden de interdependencia.
Una vez descubierta esta ley, procede a investigar en detalle los efectos en que se manifiesta dentro de la vida social…Por tanto, Marx sólo se preocupa de una cosa: de demostrar mediante una concienzuda investigación científica la necesidad de determinados órdenes de relaciones sociales y de poner de manifiesto del modo más impecable los hechos que le sirven de punto de partida y apoyo.
Para ello, le basta plenamente con probar, a la par que la necesidad del orden presente, la necesidad de un orden nuevo hacia el que aquél tiene inevitablemente que derivar, siendo igual para estos efectos que los hombres lo crean o no, que tengan o no conciencia de ello.
Marx concibe el movimiento social como un proceso histórico-natural regido por leyes que no sólo son independientes de la voluntad, la conciencia y la intención de los hombres, sino que  además  determinan  su   voluntad,  conciencia e intenciones…Basta fijarse en el papel tan secundario que el elemento consciente representa en la historia de la cultura y se comprenderá sin ningún esfuerzo que la crítica que versa sobre la misma cultura es la que menos puede tener por base una forma o un resultado cualquiera de la conciencia.
Por lo tanto, lo que puede servirle de punto de partida no es la idea, sino la manifestación externa, exclusivamente. La crítica tiene que limitarse a comparar y contrastar un hecho no con la idea, sino con otro hecho. Lo que a la crítica le importa es, sencillamente, que ambos hechos sean investigados de la manera más escrupulosa posible y que formen real y verdaderamente, el uno respecto al otro, distintos momentos de desarrollo, y le importa sobre todo el que se investigue con la misma escrupulosidad la serie en que aparecen enlazados los órdenes, la sucesión y articulación en que enlazan las distintas fases del desarrollo.
Pero es, se dirá, que las leyes generales de la vida económica son siempre las mismas, ya se proyecten sobre el presente o sobre el pasado.
3.-
Esto es precisamente lo que niega Marx. Para él, no existen tales leyes abstractas…
Según su criterio, ocurre lo contrario: cada época-histórica tiene sus propias leyes…
Tan pronto como la vida supera una determinada fase de su desarrollo, saliendo de una etapa para entrar a otra, empieza a estar presidida por  leyes distintas. En una palabra, la vida económica nos brinda un fenómeno análogo al que nos ofrece la evolución en otros campos de la biología
Los viejos economistas desconocían el carácter de las leyes económicas cuando las comparaban con las leyes de la física y la química ….Un análisis un poco profundo de los fenómenos (pag.XXII) demuestra que los organismos sociales se distinguen unos de otros tan radicalmente como los organismos vegetales y animales… Mas aún, al cambiar la estructura general de aquellos organismos, sus órganos concretos, las condiciones en que funcionan, etc., cambian también de raíz las leyes que los rigen.
Marx niega, por ejemplo, que la ley de la población sea la misma para todos los lugares y todos los tiempos.
Afirma, por el contrario, que toda época tiene su propia ley de población… Al cambiar el desarrollo de la capacidad productiva, cambian también las relaciones sociales y las leyes que las rigen. Trazándose como mira investigar y explicar el orden económico capitalista con este criterio, Marx se limita a formular con el máximo rigor científico la meta que toda investigación exacta de la vida económica debe proponerse… El valor científico de tales investigaciones estriba en el esclarecimiento de las leyes especiales que presiden el nacimiento, la existencia, el desarrollo y la muerte de un determinado organismo social y su sustitución por otro más elevado. Este es, indiscutiblemente, el valor que hay que reconocerle a la obra de Marx. ”
Pues bien, al exponer lo que él llama mi verdadero método de una manera tan acertada, y tan benévolamente además en lo que se refiere a mi modo personal de aplicarlo, ¿qué hace el autor sino describir el método dialéctico? ( pag.XXIII)

CARLOS MARX
Londres, 24 de enero de 1873
(pag.XXIV)   

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